Caminaba cierto día el Hox por las calles de esta hidrocálida capital y le tocó el suerte pasar junto a un padre y su hijo que también transitaban a pié, sin embargo el padre dejaba ver alguna molestia ya que cojeaba de un pié mientras mantenian la siguiente conversación:
El hijo: ¿y ahora, que te pasa, porque cojeas?
El padre: Es que ¿sabes que? tengo un hoyo en el calcetín y me molesta
El hijo: Ah, menos mal
El padre: ¿menos mal que?
El hijo: menos mal que no es al revés, si no, no llegamos nunca
No se si al señor le encabronó más la respuesta de su vástago o la pinche carcajada que me aventé, pero ps ni modo de andar con los oidos desconectados por la vida.
Ya dije